Se jugaba la respesca hacia el Mundial de Rusia en Grecia y Modric sería víctima de uno de los partidos más incómodos de todas su carrera como jugador profesional.
La afición local la tomó con el jugador del Real Madrid, estrella de la Selección Croata, e intentó, a toda costa, impedir que pudiera jugar con comodiad sobre el césped griego.
Armados con un láser de color verde, los griegos intentaron cegar al capitán del conjunto rival durante los 90 minutos que duró el encuentro internacional, en busca de una remontada que nunca llegó.
Pese al incordio local y el empate a cero, Croacia se clasificó para el Mundial gracias a la cómoda ventaja que arrastraba desde el encuentro de ida (4-1 a favor), con un Modric muy contento tras el partido: "Estamos donde nos pertenece estar".